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Hoy no toca poesía, no tengo ganas de contaros de manera sosegada y amorfa, lo acontecido hoy. Me niego a suavizar mis comentarios y pasar como el velo de una novia, que camina hacia el altar. Coñó que bien me ha quedado la frase….
Ganapanes, correveidiles, paniaguados, pelotas, servilistas, hipócritas, trepas y robaperas,
En todas las empresas, los hay en abundancia, son como la puta de los jefes, mala hierba.
Casi siempre, estas personas son poca cosa y ellos lo saben, como no tienen otras capacidades, explotan su culo en forma de orejas y lengua.
Lo jodido del tema es que sus mandos superiores, los superiores de estos y así sucesivamente potencian su existencia, con prebendas, recompensas y ascensos. El peaje entre unos y otros, es de lo más normal, se protegen con el corporativismo y aunque te des cuenta, delante de sus narices, de que ves lo que están haciendo, no es que ni tan siquiera se sonrojen no, es que encima te creen estúpido y argumentan cualquier gilipollez para justificarse. Se sienten protegidos, debajo del sobaco de la dirección. Son los típicos personajes que se te acercan a escuchar lo que dices, que te sisan todo lo que pueden en horas, euros o derechos adquiridos, para colgarse las medallas de Júdas.
Si, efectivamente, hoy uno de estos bichos ha intentado robarme un trozo del pan de mis hijos.
Solo os diré, que no creo que lo consiga, por el contrario lo que si va a conseguir es aumentar su fama de vendido y ladrón, en para-lelo amplía el crédito con sus superiores.
Ya está comprobado, cuanto más joden a sus compañeros, más méritos acumulan ante los descerebrados que les jalean.
Confieso que esto es “ ..machacar en hierro frio, tiempo y trabajo perdido”
Sin embargo, lo bien que se queda uno…….